Los primeros ruidos de la ciudad comienzan a asomarse, oigo levantar las persianas estridentes de los cafés del barrio, en breve comenzará un desfile de aromas a café y pan tostado por las calles, quienes transiten cerca están invitados a sentarse. Los primeros coches aparecieron hace un rato, se escuchan a lo lejos, uno, otro, otro más, otro, cada vez un poco más rápidos. El cielo ya se ha quitado de encima la patina gris, que presagiaba otro día lluvioso, y ha aparecido su pálido azul original, el sol también comienza a saludarnos tintando las nubes con una luz rojiza dorada suave e intensa al mismo tiempo. Me levanto y hago una foto de este momento. Silencio, quietud y también compañía. En pocos minutos el cielo está recobrando su habitual luz, ya ha amanecido en el Mediterráneo.
2 comentarios:
Qué cielo más bonito, Ana!! Uhmmmm....casi puedo notar el olor a café recién hecho...Con leche, por favor, jejeje. Un beso y que tengas una feliz semana.
Jejeje... me alegro que te haya evocado cosas agradables, eso quería.
Un bico
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